jueves, 13 de febrero de 2014

desde España, María José Mallo.Escritora.

"LOS MELLIZOS DE LA COMARCA."

 Lo que se sabe de ellos con certeza, antes que la definitiva guerra de las muchas que sostuvieron les hiciera desaparecer de la faz de su territorio y del mundo, es que fueron en origen, una tribu descendiente de Viriato, los Montaraces, dedicados como el antiguo caudillo al pastoreo por las empinadas montañas de su pequeño, minúsculo diría yo, país. 

Utilizando la hipérbole con avaricia, se diría que eran trashumantes, es decir: iban y venían con la familia y la casa a cuestas hacia los pastos de invierno o de verano, sin salir de sus dominios, siempre arriba y abajo como las mareas, atraídos quizá también, por el influjo de la luna bastante próxima a la tierra por aquellos lares. 
Durante siglos, cada vez que algún ejército asaz despistado se perdía por allí, en las numerosas visitas por sorpresa que moros y cristianos se hicieron a lo largo de toda la geografía de Iberia a través de ochocientos años de escaramuzas continuas, jamás encontraba a nadie a quien poder ir añadiendo a la conquista. 
Los montaraces eran maestros en el camuflaje. Estaban tan mimetizados con el paisaje, que pasaban inadvertidos. Los ocasionales invasores veían cabras pastando, pero nunca a los pastores. Por eso dieron en llamar a la región: “de las cabras sin amo”. 
__Curiosa comarca de las cabras sin amo__escribían los cronistas musulmanes. Se piensa-los historiadores tienen mucha imaginación-que tal vez las montañas estén horadadas por multitud de cuevas o grutas inaccesibles donde los montaraces se oculten desde tiempos prehistóricos y por ello jamás nadie los había visto hasta que ellos decidieron darse a conocer. Tal vez con los siglos, decidan retornar a hacer lo mismo y desaparezcan de la faz de la península ibérica. El acceso al país, tanto desde España como desde Portugal, era un paso entre montañas tan recóndito como angosto, lo que propició que más …….

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