viernes, 22 de agosto de 2014

Políticas de Género.La Educación:herramienta de no violencia.

La educación de los menores no implica entregarle un conocimiento abundante y prolijo. Ello solo es una parte menor del programa de desarrollo del hombre, tarea en que la sociedad se encuentra envuelta y de la que es responsable. 
No se trata de atosigar a los niños con conocimientos de primer nivel, es necesario además, que toda información, conocimiento o destreza, tenga un sentido ético que lleve al educando a integrarlo en el seno social con las armas y herramientas necesarias para labrar su futuro, pero, asimismo con un sentido de pertenencia y de responsabilidad social, imperativo absolutamente necesario para hacer de este hombre un aporte a la sociedad toda y como consecuencia a los demás.
La educación para la sociedad, implica una determinante ética de profundas consecuencias, pues, ella rompe con todo el egoísmo que nace del amor a las cosas materiales, para transformarlo en amor a los otros con quienes convive, estudia, labora o dirige. Pero, desgraciadamente la búsqueda afanosa de la preparación de los infantes para el combate contra los demás, va fijando en los seres en desarrollo una potencialidad maléfica haciendo de la agresión, discriminación, desprecio y hasta odio, por los otros, un catecismo adecuado a la época en que los bienes materiales tienden a suplir el valor de los hombres. 
¿ Podemos educar el hombre del futuro en un sistema de agresión intrafamiliar y en un ambiente externo a la familia redundante en fetichismo violentista, degradante y opresivo? La respuesta es necesariamente negativa.  Si vamos a las estadísticas, antecedentes más científicos existentes entregados por la UNICEF, el organismo de las Naciones Unidas para la protección de la infancia, nos asombrará con un resultado de %75 de niños que sufren alguna forma de violencia. 
Por su parte el Servicio Nacional del Menor ha señalado que los agresores son en un % 80 familiares cercanos del niño maltratado, al mismo tiempo explica cuales son los factores de riesgo existentes: • Violencia intrafamiliar. • Pareja adolescente que se encuentra en una crisis relacional y/o bajo estrés laboral. • Validación de la violencia física como método de control conductual. • Baja tolerancia a la frustración. • Personas inmaduras emocionalmente, inseguras. • Presencia de violencia trans-generacional. • Carencia afectiva y red de apoyo social deficiente. • Sentimientos de inoperancia, baja autoestima, percepción de un vivir en el tormento y preocupación. • Cuestionamiento acerca de la paternidad del niño que maltrata. • Ser maltratado en su infancia. • Ingesta de drogas y/o alcohol.

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