Es tan común ,como esperar el colectivo, pisar caca en las veredas.
La lamentable costumbre de no llevar una bolsita cuando sacamos a los perritos, hace que las veredas se conviertan en pegajosos pantanos.
Bajar del auto, pisando sin mirar, puede ser nefasto para los zapatos,las alfombras del auto y los pisos de la casa.
No la viste, y la vereda se te puso blanda bajo la suela del zapato. Demasiado tarde.
La sentís en la nariz. Ya pisaste.
Lanzás el peor epíteto de tu repertorio y buscás como loco el rugoso borde del cordón de la vereda o el pastito más cercano.
Este suceso se denomina:fecalismo.(canino al aire libre),y sumado al de gatos,
y hasta humanos,resulta un problema más, a los tantos de contaminación ambiental.
El problema es que la materia fecal se seca y se transforma en polvo. En ese estado infecta con parásitos la vía pública, contribuye a la polución del aire y hasta puede contaminar los alimentos que se preparan en la calle.
La principal consecuencia del fecalismo es la parasitosis, y el lugar indicado para indagar cómo puede afectar la salud humana es la Cátedra de Parasitología de la Facultad de Medicina.
La tenencia responsable no sólo incluye vacunas y desparasitaciones sino también llevarlos a pasear controlados con correa, bozal -si es potencialmente peligroso-, bolsa y palita.
¿No es hora de qué aprendamos a respetarnos unos a otros?
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