Las paredes se caen,
el pollo de Vietnam se llenò de gusanos,
el azucar de Mozambique ya no endulza,
el papel toilet solo dura 24 horas
al igual que las cadenas del gobierno,
pero tenemos patria.
Tenemos asientos VIP,
en las mejores aerolíneas del mundo,
tenemos entradas a todos los conciertos
de estrellas y estrellos del imperio,
con dólares preferenciales sin límite
para vestirnos de fino Versace y Luis Vuitton
y vernos como regios comunistas en las cadenas oficiales.
Se cayeron las estaciones,
se cayeron los limites del asombro,
se quedaron chiquitos los cuentos de la cripta
y todas las fotos porno
de los ministros y sus cortesanas Leninescas,
pero tenemos patria.
Tenemos un país lleno de ira,
tenemos un niple echando chispas;
pero que importa, que reviente.
Por fin nos hemos convertido
en los nuevos testaferros
de la patria grande.
EMILIA.
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