miércoles, 21 de enero de 2015

La asombrosa resistencia de una telaraña.

Las arañas tejen sus  telarañas,  para atrapar sus presas, hacer puertas para las madrigueras en el suelo, trasladarse ayudadas por el viento, hacer capullos con sus huevos, e incluso la utilizan para el cortejo; los machos de algunas especies presentan a las hembras moscas envueltas en telarañas. 

Otras especies, cazadoras submarinas, usan una telaraña para cubrirse con una burbuja de aire para poder respirar bajo el agua. 
 Una telaraña es asombrosa. Su estructura es muy eficiente. El hilo de una araña puede llegar a ser cinco veces más resistente que un filamento de acero de igual grosor. 
Además, el hilo de una araña se puede estirar hasta el 30 por ciento más de su largo original sin romperse. 
 Por todo esto podemos decir que la tela de una araña es uno de los materiales más resistentes que se conocen en el mundo. Se han estado haciendo esfuerzos para crear materiales artificiales semejantes.

La seda producida por una araña es un ejemplo asombroso de lo que la vida ha llegado a producir, y que la tecnología de materiales sintéticos aún no ha llegado a imitar. ¿Pero de que están hechas las telarañas? La tela de una araña está compuesta de proteínas. Una proteína es un compuesto bastante complejo de aminoácidos. A su vez, un aminoácido es una molécula grande compuesta por un grupo amino (nitrógeno e hidrógeno), y un grupo ácido llamado carboxilo (carbono, hidrógeno y oxígeno). Los aminoácidos forman las proteínas, que son como bloques con los que se construyen los seres vivos. El cuerpo humano, por ejemplo, está compuesto en un 20% de proteínas. En el caso de las telarañas, los aminoácidos principales con la glicina y la alanina. La araña los produce por medio de unas glándulas llamadas “hilanderas” en la parte posterior de su abdómen. Estas glándulas unen las proteínas para crear una seda flexible y resistente. Cuando a esta seda se añade una substancia pegajosa, el resultado es una trampa muy eficiente.

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