LAS COLECCIONISTAS
Éramos tan diferentes. No parecíamos llevar la misma sangre. Creo que habían nacido para ser independientes. Me acompañaban en mis tareas habituales pero, en un momento del día, actuaban a su antojo, con eso que suele llamarse libre albedrío. No respondían a mis expectativas. Cuando eso ocurría sólo podía observarlas. Ellas, autónomas, emancipadas, coleccionaban objetos que, celosamente, colocaban en un arca a la que cerraban con una extraña llave.
En una oportunidad, mientras guardaban algo, pude entrever que había allí dentro las cosas más disímiles. Un cuchillo, una nube, un hacha, una flor, un poco de viento y una escalera. Desde entonces me pregunté .......
http://mujeryprotaenry.blogspot.com
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