Emilia,recitando. |
Los beneficios de ser ridícula
Adoro mi riqueza bien habida.
Valoro tanto mi boyante estatus
que lo mantendré muy lejos
de la nefasta influencia
del pesimismo
y prefiero reírme mil veces
de mis ataques de cursilería
a quedarme agachada en un rincón
pariendo garrapatas y ácaros de odio.
Me paro de la silla, hago lugar
a todo aquel que quiera sentarse
porque no cuido territorios,
no soy esclava de cachivaches
ni soy acumuladora de egos.
Me ha servido ser honesta
y he progresado sin prestar atención
a las lenguas largas que dicen:
"Qué mujer tan ridícula"
En efecto,
soy tan biodegradable que les aseguro
que el mayor ridículo
es no serlo,
que la mejor cursileria es aceptarse
y que una vida llena de ridiculeces
es una gran reproductora
de sonrisas.
Emilia.
2 comentarios:
Muchas gracias Normita, abrazos.
Sabés que siempre es un placer y un honor contar contigo.
Abrazos.!
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